Miércoles, 11 de octubre de 1995
Por Hernán Ameijeiras para revista La Maga
Resulta curioso ver, en la clásica y señorial oficina de Mauro Herlitzka, dos obras de los contemporáneos Pablo Suárez y Miguel Harte. Ese contraste profundo es una de las tantas características particulares de Herlitzka, un empresario, coleccionista y operador cultural que no sólo está trabajando para conseguir la anhelada ley de libre circulación de obras de arte sino que también es el responsable de un Centro de Documentación para la Historia de las Artes Plásticas en la Argentina.